Hace tiempo que vi este plato en un libro de dietas que me compré y me llamó mucho la atención, pero no se porqué nunca lo había cocinado. De repente no he parado de oír que si shakshouka por aquí, shakshuka por allá. A todo el mundo se lo oigo y lo veo por todas partes, así que me he decidido a hacerlo después de tanto tiempo y, desde luego, no me he arrepentido.
Este plato, es un plato de Oriente Medio y se basa en una salsa de tomate con comino y otras especias donde se escaldan los huevos. Tiene muchas variaciones como esta mía que le he añadido berenjenas, y la verdad es que me recuerda mucho al pisto manchego, que probablemente viene de este plato, porque en España y sobre todo en nuestra gastronomía, somos muy morunos.
Ingredientes:
- 4 tomates para salsa de tomate (mejor comprarlo en una buena frutería, porque el sabor del plato dependerá del sabor del tomate)
- 1 cebolla
- 1 pimiento rojo italiano
- 1 berenjena
- 2 dientes de ajos
- 4 huevos (uno por cada tomate)
- harissa
- 4 cucharaditas de tomate concentrado
- comino al gusto
- una cucharadita de pimentón
- sal
- cilantro fresco
Lo primero que vamos a hacer es preparar el tomate para la salsa de tomate. Para pelarlos los escaldamos en agua hasta que se traje la piel. Si están maduros, será rápido, pero si están muy verdes tardará más. Los sacamos a un plato y los pelamos. Con un cuchillo de puntillas, le quitamos la parte donde va el ratito y los cortamos en cubos. Si quieres, puedes utilizar tomate troceado o tomate frito, pero a mí siempre me gusta más hacer las salsas con buenos tomates.
Cortamos la berenjena en rodajas y las vamos asando en una sartén sin aceite ni nada. Según vayan saliendo les ponemos un poco de sal y reservamos. Es importante que desde la cortes hasta que las ases no pase mucho rato, que sea lo más rápido posible, porque se oxidan enseguida.
Cortamos el pimiento y la cebolla en brunoise, cuadraditos pequeños.
Ponemos a calentar una sartén que sea un poco honda. Añadimos la cebolla, el pimiento y el aceite. Es importante que para esta y otras recetas, no añadas el aceite solo cuando se está calentando la sartén, ya que lo normal es que se queme, añádelo con los ingredientes, para que sean los ingredientes los que se cocinen.
Cuando esté dorada la cebolla y el pimiento blandito, añadimos el comino, el pimentón y dos dientes de ajo machacado. Movemos bien y añadimos los tomates troceados. Bajamos el fuego y dejamos que se fria un poco.
Es importante cocinar el tomate a fuego lento y tapado con una tapa que deje salir el aire para que se pueda evaporar el líquido e ir concentrando. Cuando se haya cocinado un poco, añadimos el tomate concentrado, esto es opcional. A mi me gusta porque le da color pero si los tomates son buenos de sabor, no te hace falta, no pasa nada si no queda rojo del todo.
Movemos bien y dejamos cocinar unos minutos.
Cuando el tomate se haya cocinado un poco, salamos y movemos bien. A partir de aquí no lo vamos a poder mover mucho, así que es importante que el fuego esté a una temperatura bajita, pero lo suficientemente alta para que se vaya cocinando. Yo lo puse entre el 2 alto y el 3 bajo (tengo dos posiciones para cada numero). Añadimos las rodajas de berenjenas fritas y las vamos sumergiendo, así hasta que estén todas dentro.
Una vez que tengamos toda la berenjena dentro, hacemos un huequito en el tomate y añadimos un huevo. Así cuatro huequitos repartidos en la sartén con un huevo dentro. Si tapar y a fuego lento, vamos dejando que se cocinen poco a poco. Tardará bastante. Tenemos la opción de taparlo para acelerar el proceso, pero ojo, no lo dejes mucho tapado porque la yema se pasará.
Cuando el huevo esté hecho y la yema en su punto, retíranos del fuego y añadimos cilantro picado.